La Ley de Transparencia es la reforma más profunda por la regeneración

Debate de totalidad del Proyecto de Ley de Transparencia

La Ley de Transparencia es inaplazable para que los ciudadanos recuperen la confianza en las instituciones y los gobernantes.

La Ley de Transparencia, Buen Gobierno y Acceso a la Información marca un antes y un después en el funcionamiento de las instituciones:

1. Más información a los ciudadanos:
Todas las administraciones tendrán la obligación de publicar toda la información relativa a la gestión del dinero público, sin solicitud previa.

2. Un órgano independiente velará por el cumplimiento de la norma:
- El Consejo de Transparencia y Buen Gobierno será el encargado de vigilar la aplicación de la Ley y resolver los conflictos que puedan surgir. 
- Además se aprovechará la creación de la Autoridad Fiscal independiente y el refuerzo de otros organismos, para garantizar la eficacia de la Ley.

3. La Monarquía se someterá al mismo régimen de transparencia:
- La monarquía española es la primera monarquía europea en someterse a una obligación legal de transparencia.
- Responderá al mismo régimen de transparencia que se exige al Congreso, al Senado o al Tribunal Constitucional.

4. Más control de las instituciones que se financian con dinero público: 
- Además de partidos y sindicatos, también se incluirá al Banco de España y a aquellas entidades privadas que reciban una financiación pública relevante.
- Los grupos parlamentarios definirán la cuantía mínima que determine esa relevancia.

5. Se refuerzan las sanciones contra el despilfarro y la mala gestión:
- Se tipifican como infracciones: conflictos de intereses, incumplimientos disciplinarios, gestión económica y obstrucción al ejercicio de transparencia.
- Se fijará un baremo público sobre las retribuciones de los cargos públicos. 

El Gobierno abre el diálogo con todos los grupos para mejorar el texto.
La elaboración del texto se abrió a la participación ciudadana directa a través del Portal Digital de la Ley de Transparencia.

Oponerse a la ley sin presentar alternativas es poner obstáculos a una ley clave para iniciar la regeneración democrática. 
España necesita políticos que aprovechen las oportunidades para que haya
consenso, no oportunistas que sacan partido de romper los consensos.