Titulares de su intervención:
• Señora Calvo, celebro verla. Significa que está recuperada, contra lo que afirmaba usted el pasado domingo. ‘He vuelto antes, contra el criterio de los médicos’, llegó a decir. Supongo que era retórico. Porque, de lo contrario, sería inquietante. • También aseguró que ‘nadie va a eludir su responsabilidad’. Hablemos de la suya.
• El 4 de febrero, ante el avance del virus, el Gobierno creó un Comité de Coordinación Interministerial. Y le encargó a usted la tarea crucial de presidirlo. Dos semanas después, usted rechazó la cancelación del Mobile porque, dijo, ‘la alarma social no se corresponde con la realidad’.
• El 8 de marzo -17 muertos ya- seguía alentando manifestaciones masivas. Y hoy España es el país europeo con más exceso de muerte. Más sanitarios infectados. El confinamiento más severo. Y el horizonte económico más negro.
• Por eso le pregunto: ¿qué hizo usted, como responsable en aquel febrero decisivo, para frenar la pandemia?
• Señora Calvo, he revisado su agenda. ¿Seis veces dice? ¿Cuántas veces dice que convocó aquel decisivo Comité, seis? ¿Sabe cuántas veces aparece?: Cero. Otro comité fantasma, lleno de pseudo-expertos, eruditos imaginarios y compañeros de partido.
• Y eso que en su agenda cabe realmente de todo: Estreno de la película Adú. Desayuno informativo de la señora Lastra. Presentación de una colección de discursos de la líder del PSE. Mesa de cesiones a Torra. Y actos feministas varios. Claro. Llegaba el 8-M y ahí nos iba la vida.
• Mire señora Calvo, no engañe. Más turismo tiene Francia y más tráfico, Alemania. Lideramos el exceso de muerte porque lideramos el defecto de previsión. Ustedes llegaron tarde. Usted llegó tarde. Su negligencia se cuenta en miles de vidas rotas. Y en millones de vidas arruinadas. Piénselo: si por esto no se dimite, ¿entonces por qué?
• Y ahora me acusará seguramente de crispar la bronca política. Yo le pido que se lo diga a su vecino de escaño, al señor Iglesias, que llama ‘inmundicia’ a un adversario. Y al propio PSOE, que lidera una campaña obscena contra Madrid.
• El partido de los falsos tests chinos. De las mascarillas inútiles. De los sanitarios sin EPI. De los comités opacos. De los expertos imaginarios. De las mentiras a la CNN. Y a los españoles. De los muertos mal contados. El partido de su letal imprevisión.
• Debería ser más humilde. Incluso decir: ‘Gracias, Ayuso. Gracias, Madrid’. Pero, en fin, señora Calvo. Admito que no toda la responsabilidad es suya. La comparte con aquel que, temerariamente, la nombró para presidir aquel estéril Comité.
• En realidad, esta agenda suya no solo detalla las actividades de la vicepresidenta primera. También precisa, con nitidez, sus capacidades.