"El problema no es cómo llegamos al final del pozo sino cómo salimos de este pozo en el que nos hemos metido"

Estamos en una situación compleja para nuestras entidades bancarias porque no se quiere hacer el saneamiento del sector, que es urgente para España y falta voluntad política

Cristobal Montoro durante la rueda de prensa
Cristobal Montoro durante la rueda de prensa

Señor Montoro, una pregunta... Es didáctica la respuesta que espero, pero también supongo que cargada de intención. Ya desbrozaremos nosotros una cosa y la otra. Cuando la Unión Europea, el Ecofin, propone un fondo de garantías de depósitos, como el depósito de la Banca por si hay que rescatar a alguien, ¿se está poniendo la venda antes que la herida? ¿Está reconociendo, por lo tanto, que España no es Grecia pero que puede serlo?

Está reconociendo que España está en el epicentro del problema, somos causa del problema. Eso es lamentable, hay que decirlo con toda claridad de una vez por todas, porque sino en casa no nos pondremos manos a la obra para resolver el problema. Y, por tanto, lo que tenemos que hacer los españoles es, en primer lugar, por supuesto tener confianza en el sentido de que somos una economía con una gran capacidad. Hemos demostrado esa capacidad en los años 90 y al comienzo de esta década. La capacidad de crecer, de crear empleo sobre la estabilidad económica, sobre la estabilidad de nuestro presupuesto. Y, cuando hemos roto esa norma y hemos entrado en la delicada carrera de incrementar el gasto público y la deuda pública, hemos causado un problema para España que es el paro y hemos causado un problema para Europa. Y, en definitiva, por esa vía con la deuda pública y el gasto público, no vamos a salir de esta crisis económica que está entre nosotros y que ahora vemos como España está provocando ese problema junto a otros países de la Unión Europea. Y, desde fuera, desde la Unión Europea, se le pone la tarea a cumplir al Gobierno de España, en definitiva, a un presidente del Gobierno que está completamente desacreditado, que la semana pasada decía lo contrario de lo que afirmó cuando fue a Bruselas el viernes. Nos dijo que no iba a reducir el déficit público de manera más drástica hasta que le pone la tarea Bruselas y le obliga a reducir ese déficit público. Porque con el déficit público de España, no sufrimos los españoles solo. Sufren todos los europeos. No sé si me he aclarado, pero quiero decirle que estamos en una mañana donde las cosas hay que decirlas como son y no al revés. Porque es que ya con tantos lenguajes de estos crípticos, de que así salíamos de esta crisis y con este Gobierno, lo que nos estamos metiendo es cada vez más en el pantano de la crisis.

Entonces, las cifras de recuperación económica, ese 0'1% intertrimestral, ¿habrá que ver el interanual?

El interanual es 1'3 de bajada de actividad económica. Y, lo que quiero decirles, es que el problema no es cómo llegamos al final del pozo sino cómo salimos de este pozo en el que nos hemos metido. Y, para salir de este pozo, necesitamos en primer lugar crédito bancario, de eso hablaron también ayer en Bruselas el Ecofin. En definitiva, estamos en una situación compleja para nuestras entidades bancarias porque no se quiere hacer el saneamiento del sector bancario que es urgente hacer en España. Falta voluntad política. Hacer las cosas como se están intentando hacer, por las buenas, tratando de casar, de fusionar esta caja de ahorros con la otra... Esto es un proceso que puede tardar años y que no nos lleva a ningún lado. Cuando lo que estamos viendo es una asfixia de crédito a quienes nos tienen que sacar de la crisis que es a la pequeña y media empresa, a los autónomos, a las familias y, en definitiva, a las empresas de nuestro país. Y, mientras no haya ese crédito bancario, que no lo habrá en tanto que no saneemos el sector bancario y no afrontemos el freno de la deuda pública que se ha convertido en un gran competidor... ¿Quién compró la deuda pública? Las entidades bancarias en vez de dar crédito, insisto, a quienes nos tienen que sacar de las crisis. Y, por tanto, hay que atajar este problema que se llama, en definitiva, de incapacidad del Gobierno de transmitir confianza dentro y fuera de España. Es un problema político el que tenemos en España, el problema de haber falseado la vía para resolver la crisis económica, para salir de la crisis donde estamos empantanados.

¿Qué le aconsejaría usted al Gobierno ahora que ha reconocido que tiene que ampliar el recorte del gasto para amortiguar el gasto? ¿En qué le recomendaría usted que recortase y de dónde se puede recortar? ¿Y qué están dispuestos a hacer ustedes para ayudar en las comunidades que gobiernan?

En primer lugar, cuando el Gobierno presentó el Presupuesto del Estado para 2010, nosotros le dijimos que redujera el gasto público de este presupuesto, del que está vigente en 10.000 millones de euros. Le estoy hablando del mes de octubre del año pasado. Esa fue nuestra enmienda a los presupuestos del Estado y, por tanto, eso fue lo que le dijimos en su momento y ahora el Gobierno está obligado a hacer... Y, en definitiva, lo que quiero decir es que ahora la responsabilidad de dónde tiene que recortar, en el sentido de renunciar a programa del Gobierno, la tiene el Gobierno de España que para eso es Gobierno. Nosotros somos la oposición que estamos para controlar el Gobierno, para valorar las acciones que realiza y, en definitiva, para apoyarlas o criticarlas. Dependerá de lo que vaya eligiendo. Yo he sido ministro de Hacienda de España y, en ese sentido, el que maneja el presupuesto es el ministro de Hacienda, no lo maneja la oposición. Es el Gobierno quién tiene la obligación de realizar un planteamiento de gasto público y someterse a la consideración de la oposición del Congreso de los Diputados. Esta es nuestra democracia.

Hay que hacer un plan de ordenamiento del sector público con urgencia en España, evitando la duplicidad de competencias. No podemos asistir pasivamente a que la Administración Central del Estado haga lo mismo que una comunidad autónoma y, a la vez, la comunidad autónoma haga lo mismo que el ayuntamiento. Hay que poner orden, orden institucional entre las administraciones públicas porque, sino, no ahorraremos gasto público. Y, en definitiva, lo que no puede hacer el Gobierno de España es darles un suplemento de 11.700 millones de euros en el mes de diciembre a las comunidades autónomas y, dos meses después, llamarlas a capítulo para reducir ese gasto. Si es que lo que estamos viviendo es la consecuencia de una política.

¿Bajaría usted el sueldo a los funcionarios?

Yo creo que hay otros procedimientos como el que antes les he dicho que es, en definitiva, abordar todo el tema de las competencias. Elaborar y aplicar una Ley de Estabilidad Presupuestaria en el sentido de que en España todas las administraciones públicas, incluyendo los ayuntamientos, tengan un techo de gasto para que no puedan irse a esos déficits públicos y a esos problemas que ahora tenemos en términos de endeudamiento público. O sea, que hay que evitar que gasten antes que llevar adelante una congelación de los sueldos de los funcionarios para los que ya están trabajando. Es que el disparate que se ha cometido es incrementar la plantilla de funcionarios durante toda esta crisis mientras que, desgraciadamente en España, 2.100.000 personas han perdido su trabajo desde que comenzó esta crisis, que es la parte más dramática. El sector privado, la pequeña y mediana empresa, ha cerrado. Eso es lo que estamos viviendo en nuestro país mientras que las administraciones públicas han seguido ensanchando su actividad. ¿Pero cómo se financian? Con los impuestos de todos los ciudadanos y, cuando no llega, con la deuda pública. Y eso es un círculo vicioso que lo que hay que hacer es, de una vez por todas, cortar ese círculo porque sino ya vemos dónde estamos y ya veremos lo que nos queda todavía por vivir mientas no tengamos una política económica seria y rigurosa en España.

Lo más importante es la confianza, en política económica, y tenemos razones para sospechar que el Gobierno socialista ha perdido mucha confianza de los ciudadanos. El problema es que yo no estoy seguro que esa confianza perdida la puedan recuperar ustedes. Y lo digo por dos razones. En primer lugar, ustedes no aclaran nunca qué alternativa de política económica tienen a la hora de bajar el gasto público. Nunca lo dicen. Y, en segundo lugar, nunca reprochan a sus propias administraciones, comunidades autónomas y ayuntamientos (que están haciendo exactamente lo mismo que hace el Gobierno que ustedes con tanto acierto reprochan).

Me ha oído hablar de dos propuestas. Nada menos que la reforma del Estado para suprimir competencias que, en definitiva, son impropias asumidas por las diferentes administraciones públicas, y en segundo lugar una Ley de Estabilidad Presupuestaria para limitar el crecimiento el gasto público. Son propuestas concretas que nos llevarían a cometer una contención y una austeridad en el gasto público que, en definitiva, tiene que estar en todas las administraciones pública como usted insiste. También es verdad que en España no podemos pedir a un alcalde que se haga ministro de Hacienda de España. Es que no le corresponde al alcalde. Un alcalde está para, con los recursos disponibles, atender a las demandas de sus ciudadanos, de sus vecinos, y muchas veces tratar de paliar en la alcaldía consecuencias dramáticas de lo que es la crisis, la pérdida de puestos de trabajo. Y, por tanto, cada uno tiene una responsabilidad y la responsabilidad mayor la tiene el director de orquesta que es el que dirige la orquesta que es, en definitiva, la dirección que corresponde al Gobierno de España. Y nosotros estamos, desde comienzo de legislatura, presentando alternativas de Gobierno. La verdad es que, por la lógica de la democracia, esas alternativas no han salido adelante, no tenemos mayoría parlamentaria evidentemente y no hemos tenido el apoyo de algunas otras fuerzas políticas para sacarlas adelante. Si hubiera sido ese el caso, nos abríamos ahorrado mucho de lo que estamos viviendo porque nuestro discurso político ha dicho muy claro: no se sale de una crisis económica de esta naturaleza a través del gasto público y de la deuda pública. Y eso lo hemos dicho cuando en buena parte de Europa sonaban las campanas del gasto, estaban repicando esas campanas de gasto a todo meter. Nosotros nunca hemos participado de este planteamiento porque hemos entendido que España tenía un problema de balanza de pagos, un problema de deuda externa y es un dislate pretender que un país, que tiene un problema de deuda externa, trate de salir de esa crisis con más deuda pública. Eso es lo que estamos viviendo ahora y, si se hubiera hecho caso de los planteamientos del PP, estoy seguro que no estaríamos viviendo una crisis de esta envergadura y no se habrían destruido más de 2.000.000 de puestos de trabajo.