El presidente Mariano Rajoy compareció, ante el Pleno del Congreso, para informar sobre la reciente Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, celebrada en Bruselas los pasados días 23 y 24 de octubre. En dicho Consejo se ha fijado la posición de la Unión Europea de cara a las próximas conferencias de Naciones Unidas para el Cambio Climático, en Lima y París, en las que se quiere alcanzar un acuerdo sobre reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero.
El presidente Rajoy informó que, para el periodo 2015-2030, se han acordado tres objetivos: la reducción de emisiones de, al menos, el 40 % respecto de los niveles de 1990, la participación de las energías renovables de, al menos, el 27 % obligatorio a nivel de la Unión Europea y la mejora de la eficiencia energética de, al menos, el 27 %. Con ello Europa asume un claro liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático y hacia un crecimiento sostenible.
Por otro lado, el Presidente del Gobierno expresó su satisfacción por el hecho de que, a instancias de España, la falta de interconexiones fuera el elemento central del debate sobre el mercado interior de la energía y, porque el Consejo reconociera, por primera vez, que las zonas más aisladas del mercado interior de la energía, como es el caso de la Península Ibérica, tienen dificultades adicionales a la hora de cumplir con los objetivos medioambientales.
El Presidente Rajoy destaco que, para España, tienen especial relevancia las conclusiones: para cumplir los objetivos de renovables de la Unión, los Estados miembros podrán fijar su planificación en función de su grado de interconexión. “Es la primera vez que esta relación entre interconexión y ambición medioambiental se establece en las conclusiones de un Consejo Europeo”, afirmó el Presidente.
Por otra parte, España obtiene una compensación para hacer frente a los costes diferenciales por baja interconexión, que se hará efectiva a través de una mayor asignación de derechos de emisión y, por primera vez, se dan pasos concretos para resolver la falta de interconexión de los Estados miembros aislados y se cita expresamente a España y Portugal, desbloqueando una situación estancada desde 2002.
Europa no puede conseguir una completa independencia energética, pero sí puede asegurarse un nivel suficiente de suministros a precios asequibles y sostenibles medioambientalmente, a través de una adecuada combinación de eficacia, diversificación y energías alternativas, en el marco de un genuino mercado interior de la energía.