– Pone las bases para un mercado único digital europeo, frente a la excesiva fragmentación actual, que va en contra de un funcionamiento eficaz.
– Ofrece un marco jurídico más estable, estableciendo procedimientos de coordinación y resolución de conflictos entre las administraciones.
– Simplifica procedimientos administrativos, permitiendo agilizar el despliegue de redes y prestación de servicios.
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