García Egea: "Si no saben las personas que han muerto por coronavirus, ¿cómo van a saber las que han salvado?"

17 JUN, 2020

·        Subraya que “el Gobierno asumió en marzo el mando único de la crisis, por lo que la gestión es suya y la responsabilidad también”.

·        Exige a Iglesias que responda cuántos españoles han muerto por coronavirus y le insta a reflexionar sobre lo que pedía para otros, en otras crisis sanitarias, por un perro sacrificado.

·        Recuerda a Iglesias la frase que solía pronunciar antes de ser vicepresidente y “antes de enchufar a sus amigos por las puertas giratorias o de olvidarse de los que sufren”: “En política no se pide perdón, se dimite”.

·        Subraya que “los mayores no pueden contar con este Gobierno”, como prueba el hecho de que el número dos de Iglesias no les cogió el teléfono e insta al vicepresidente a mirar su móvil porque “seguro que también tiene llamadas perdidas, pero para muchas personas ya es tarde”.

·         “Usted ha pasado de los indignados a los enchufados, de los círculos a la poltrona y de politizar el dolor al CNI, ¡Vaya viaje!, ironiza.

·        Pregunta al vicepresidente si “le ha merecido la pena enterrar todos sus principios por estar ahí sentado”.

·        Exige a Iglesias que “deje de insultar a la gente que ha trabajado en primera línea contra el coronavirus” y a la Guardia Civil, que “es a quien llama cuando tiene problemas y no a Torra, Rufián o los CDR”.

·        Recuerda las palabras de Alberto Garzón diciendo que el sector turístico tiene poco valor añadido o de la ministra de Trabajo llamando esclavistas a los agricultores “que se levantan todos los días mucho antes que usted y la ministra para que los alimentos lleguen a la mesa de todos los españoles”.

·        ¿Quién tiene más valor añadido, los empresarios turísticos que crean miles de puestos de trabajo o el señor Garzón que no ha creado un empleo en su vida?, pregunta.

·        Acusa al vicepresidente de haberse convertido en “el monaguillo de Sánchez”, pero “Moncloa bien vale una misa, ¿verdad, señor Iglesias?”, concluye.

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