– Hay 225.000 grandes dependientes más de los que estimó el Gobierno socialista.
El Gobierno reformará el sistema para garantizar la viabilidad y la mejora de la atención de dependencia:
El Gobierno incentivará la atención profesional a dependientes para fomentar la generación de empleo y la calidad del servicio.
– Sanidad introducirá entre los criterios de prestación una ponderación que incentive la atención a los beneficiarios a través de servicios profesionales.
– Se primará la figura del cuidador profesional por encima de la del familiar, por lo que se reducirá la aportación que reciben estos últimos. – Se dejará de dar de alta en la Seguridad Social a los cuidadores familiares, pero se mantendrán a los que ya estaban.
Las personas que más lo necesitan tendrán garantizada la prestación del servicio sin coste alguno.
– Se simplificará el sistema de aportación en tres grados de dependencia y se tendrá en cuenta la renta y el patrimonio: pagará más el que más tiene.
– Las personas con rentas más bajas, por debajo de los 532 euros mensuales, no pagarán nada.
Se acabará con las desigualdades entre CCAA.
– Se fijarán unos criterios mínimos, tanto en solicitudes como en el reconocimiento del grado de dependencia: ante iguales circunstancias, iguales prestaciones.