El Rajoy más íntimo: un hombre bajo el traje

«Mi eje vital es mi esposa» y «No me importa que digan que soy de derechas» son dos de las ideas que el presidente del PP ha querido dejar en la extensa entrevista concedida al periódico 'La Razón'. Durante una semana, Rajoy ha sido seguido por el diario y ha conseguido demostrar que está en su mejor momento y que se ve en un futuro como presidente de Gobierno.

Mariano Rajoy se abre al periódico 'La Razón', y es que en esta entrevista no sólo habla de política sino que nos acerca a un Rajoy familiar, sereno y tranquilo tras el gran triunfo electoral del pasado 7 de junio. Durante el segumiento que se la hecho durante una semana se demuestra que Mariano Rajoy no sólo es político sino que también es esposo, padre, hijo y amigo. Y es precisamente a su padre al que le dedica las palabras más tiernas diciendo que es la persona que más le ha influido en la vida.

Su infancia, su familia, el colegio al que fue, los amigos, la época de Universidad y sobre todo la política han marcado los ejes de esta gran entrevista que se puede consultar hoy domingo íntegramente en el diario 'La Razón.

El líder del PP es un hombre tranquilo, comedido y cercano en el trato. Habla con fervor de su familia, sobre todo de Viri, su esposa; con respeto ancestral de aquellos maestros políticos de sus inicios; y con educación de sus adversarios en las arenas, a veces movedizas, de su vocación. En la distancia corta, uno se encuentra con un gallego de la calle que se deleita con los recuerdos de aquel niño que entre la pesca, la bici y un «esfuerzo constante» fue superando las pruebas de la vida.
-¿Qué recuerdos tiene de su infancia?
-Casi todos están vinculados a la época que vivimos en León. Primero, en el colegio de las Discípulas de Jesús, y luego, en los Jesuitas. Era una vida bastante distinta a la de hoy, con otro ritmo. Recuerdo la tradición de ir a misa los domingos, con mis padres y mis hermanos, y el aperitivo posterior. Para nosotros era casi una fiesta. Entonces jugaba al baloncesto los sábados y domingos, y en esa época fue cuando le cogí el gusto al ciclismo, porque allí había una gran afición. Mi infancia ha sido como la de tantos otros de mi generación, con la pandilla de los amigos, los juegos en el recreo y la ilusión de las vacaciones.

POLÍTICA

-¿Cuál ha sido su momento más difícil en política?
-Probablemente el día más difícil fue cuando me subí por primera vez a la tribuna en el Parlamento gallego, tenía 26 años. No sé si me temblaban las piernas, pero, desde luego, me temblaba la voz. Te das cuenta de la responsabilidad, quieres hacerlo lo mejor posible, por ti, porque se sientan satisfechos tus compañeros de partido y por las críticas que recibas de los adversarios políticos. Luego, ya en la política nacional, los más difíciles y dolorosos siempre son los momentos relacionados con el terrorismo. Es imposible consolar a quien le han arrebatado a un ser querido de forma tan irracional y tan cruel. Eso es lo peor, sin comparación posible con ninguna otra circunstancia.