Echániz: “El Gobierno del PP ha salvado a la Sanidad pública de la quiebra”

Garantizar el acceso a los medicamentos, asegurar la igualdad de prestaciones sanitarias y evitar los abusos, ejes de la reforma sanitaria

El secretario de Sanidad y Asuntos Sociales del PP, José Ignacio Echániz
El secretario de Sanidad y Asuntos Sociales del PP, José Ignacio Echániz

El secretario nacional de Sanidad y Asuntos Sociales del PP, José Ignacio Echániz, ha asegurado hoy que “el Gobierno del PP ha salvado a la Sanidad pública, la de todos los españoles, de la quiebra”.

En este sentido, el dirigente nacional ha recordado que el Ministerio de Sanidad que dirige la ministra Ana Mato, se vio obligado a llevar cabo una serie de reformas para hacer frente a la deuda de más de 16 mil  millones de euros que los gobiernos socialistas dejaron como herencia y poder además garantizar la solvencia y capacidad del sistema para pagar a sus proveedores.

Así, los ejes de la reforma sanitaria del Gobierno se centran en tres áreas fundamentales. En primer lugar pretende garantizar el acceso a los medicamentos. Por ello los que más lo necesitan no pagan (pensionistas, parados sin prestación…), se ha impulsado el uso de genéricos y el ajuste de los envases a los tratamientos, se ha regulado el sistema, bajado el precio de 14.500 medicamentos y se han ahorrado 5.100 con medidas como la compra centralizada.

En segundo lugar, la política reformista del Ejecutivo ha impulsado la igualdad de prestaciones sanitarias de tal manera que se ha establecido una cartera común de servicios que garantiza las mismas prestaciones  en toda España y en la UE, se facilita la tarjeta sanitaria e historial clínico común; los parados de larga duración que han perdido sus prestaciones tienen garantizada la cobertura sanitaria, y colectivos antes excluidos tienen garantizada la cobertura sanitaria por primera vez, como es el caso de los profesionales liberales.

Por otro lado, y en tercer lugar, Echániz ha insistido en que en el ánimo del Gobierno ha estado también evitar los abusos que minaban la sostenibilidad del sistema sanitario público. Los costes del turismo sanitario suponían más de 900 millones y muchos extranjeros de la UE regresaban a su país tras trabajar en España, pero seguían cubiertos por la sanidad española sin límite. Esta situación exigía una clarificación de la condición de asegurado y facturar al país de origen.