Un acuerdo en favor de la libertad

Publicado en El País

Mariano Rajoy es el presidente del PP
Mariano Rajoy es el presidente del PP

Arantza Quiroga fue elegida el pasado viernes presidenta del Parlamento vasco. Una mujer, joven y del Partido Popular, encarna la representación institucional de la sociedad vasca; preside un Legislativo vasco en el que, por primera vez, los violentos carecen de representación. No hay símbolo más certero de la magnitud y profundidad del cambio que se ha operado en el País Vasco en las pasadas elecciones autonómicas. Arantza será una gran presidenta de la institución, como podían haberlo sido cualquiera de sus compañeros del grupo parlamentario.

Ellos simbolizan el salto de normalidad democrática que aún estaba pendiente en esta comunidad autónoma. Ya no hay vascos de primera y de segunda. El Partido Popular, sin haber renunciado a ninguno de sus principios y postulados políticos, va a representar al conjunto de los ciudadanos de esta comunidad. La presidencia de Arantza encarna la auténtica pluralidad de esta sociedad, la que se consagró en las urnas del pasado 1 de marzo.

Su elección es, en buena medida, el símbolo de un proceso democrático concluido felizmente, pero más importante aún es su significado como anuncio de otro proceso que ahora se pone en marcha. Me refiero al desarrollo de las bases del acuerdo político firmado por el Partido Popular del País Vasco y el Partido Socialista de Euskadi-PSOE. Creo que es de justicia alabar el comportamiento de mis compañeros del PP vasco.

Han actuado ante sus votantes con la misma generosidad y el mismo sentido de la responsabilidad que ya demostraron ante sus militantes al asumir la dirección del partido hace apenas nueve meses. Antonio Basagoiti y su equipo no lo han tenido fácil; en las circunstancias más difíciles han sido capaces de obtener un gran resultado electoral y han demostrado desde el primer momento que saben estar a la altura de los retos que se les han planteado. Eso es una garantía para todos los ciudadanos vascos, incluso para aquéllos que no les han votado, y es un motivo de enorme satisfacción para toda la familia del PP.

Durante estos días de negociación, que han llevado con absoluta autonomía y muy buen criterio, mis compañeros vascos han contribuido poderosamente a reforzar en el País Vasco y en el conjunto de España la imagen del PP como una formación política fiable, seria y capaz de llegar a acuerdos en aras del interés general. Nos han brindado a todos los militantes la mejor imagen que se puede ofrecer de esta formación política. Ahora, en el inicio de esta nueva etapa, también es obligado recordar a todos aquellos que nos han ayudado a llegar hasta aquí, a los que creyeron en la alternativa cuando sólo parecía un sueño, a los que trabajaron por ella, a los que en algún momento perdieron la esperanza y, por encima de todo, a tantos demócratas que fueron asesinados por defender la libertad.

Todos somos deudores de su sacrificio y nuestro recuerdo hoy es para ellos y sus familias, pero nuestra reflexión política es de futuro y esperanza: felizmente se ha demostrado que la alternativa puede parecer lejana y difícil, pero en democracia siempre es posible. Los ciudadanos vascos ya han comprobado la coherencia del Partido Popular y nuestro compromiso con los valores que hemos defendido desde hace 30 años que se plasman en el documento político acordado con los socialistas. No nos cansaremos de repetir que éste no es un acuerdo contra nadie, sólo a favor de la libertad, de las instituciones vascas, del respeto a la legalidad y de la estabilidad necesaria para hacer frente a la gravísima crisis económica. Ésas son nuestras prioridades y el próximo lehendakari sabe que puede contar con nuestra coherencia y nuestra lealtad para hacer realidad esa alternativa que hemos presentado a los ciudadanos. Nosotros no vamos a fallar y confiamos en que el próximo Gobierno vasco tampoco lo haga.

Populares y socialistas vascos hemos llegado hasta aquí haciendo gala de la altura de miras que requería un momento tan histórico como el que estamos viviendo. A partir de ahora es el tiempo de la responsabilidad. La mayoría que sustenta al próximo Gobierno está obligada a no defraudar las esperanzas de cambio en él depositadas. Para el Partido Popular ese cambio no significa otra cosa más que establecer como única prioridad de nuestra acción política el bienestar de los ciudadanos vascos. Que no nos busquen en políticas de confrontación, en dogmatismos o en tensiones innecesarias, porque no nos encontrarán. Estaremos en la normalidad, en la economía, en la ayuda a los emprendedores, en los buenos servicios públicos, en una educación de calidad y en libertad.... Estaremos en las cosas que importan a todos, en la coherencia con los principios que siempre hemos defendido y en la lealtad a un pacto capaz de transformar la vida pública en el País Vasco. Por nuestra parte no va a faltar el esfuerzo ni la ilusión.

Lee el artículo en El Diario Montañés.