El PP consigue el apoyo del Senado para instar al Gobierno a que dé un giro a su errática política exterior

Los socialistas renuncian al consenso y votan contra una iniciativa de mínimos con genéricas referencias al consenso, las reformas legales, el G-20 y la democracia en el mundo

El PSOE fue incapaz de apoyar una moción parlamentaria de mínimos presentada por el PP, en la que se pedía, básicamente, que se avanzase hacia el consenso y la consideración de la política exterior como una política de Estado, la aprobación de la ley del servicio exterior, gestiones para ingresar en el G-20 y apoyo efectivo a los procesos democratizadores, con reproches en los casos inversos, en zonas de influencia natural como Iberoamérica. Pese a la oposición socialista, la moción es ya un mandato al Gobierno, dado que se aprobó con los votos favorables del grupo proponente, más los de CiU, a quien se aceptó una enmienda, y PNV, con un resultado de 126 votos a favor, 117 en contra y tres abstenciones.

Con su voto en contra, el PSOE se posicionó frente a un mandato constitucional, ya que la Carta Magna es la que dice que la política exterior es una política de Estado; frente a las continuas invocaciones que el ministro Moratinos hace al consenso; frente a los anuncios realizados desde hace cinco años de que se va a aprobar una Ley del Servicio Exterior; frente a la aceptación de invitaciones sin garantía de continuidad para acudir a las reuniones del G-20, y, eso sí, de acuerdo con la actitud complaciente que el Gobierno de España mantiene con procesos como el que se vive en Venezuela o Cuba, por poner dos ejemplos.

El portavoz de Exteriores del PP en el Senado, Alejandro Muñoz-Alonso, aseguró que la moción hoy aprobada nació con la vocación de ser el punto de partida para un consenso que convierta la actual política exterior del Gobierno en un asunto de Estado.

Muñoz-Alonso, que dijo que cuando trata sobre política exterior él no defiende intereses de parido "sino sólo y exclusivamente los de España", lamentó la actitud del PSOE, contraria al consenso y firme partidaria de firmar contratos de adhesión. "Pasar por el aro y a latigazos no es llegar a un consenso y eso es lo que parece que propugnan los socialistas", dijo.

En su intervención, insistió en la necesidad de culminar la reforma del servicio exterior con la aprobación de la Ley y afirmó que la pertenencia al G-20 es una necesidad, dado que éste organismo ha sustituido al G-8 en la gobernanza de asuntos como la crisis mundial.

Asimismo, abogó porque España vuelva a ser modelo y ejemplo para todos aquellos países que transitan desde el autoritarismo a la democracia. Ello, en su opinión, incluye la necesidad de que el Gobierno exprese su preocupación cuando hay ataques a las libertades de prensa y opinión en algunos países. También apostó porque las ayudas económicas y de cooperación, salvo en los casos de catástrofes y hambrunas, se liguen a avances democráticos, tal y como marcan diversas iniciativas europeas.