El GPP condena los “crímenes de honor” contra mujeres y niñas

Farzana Parveen sólo tenía 25 años cuando fue lapidada en plena calle por sus parientes varones cuando salía del Alto Tribunal de Lahore, en Pakistán

Fuente AECID
Fuente AECID

Estaba embarazada de cinco meses y su único delito fue rechazar la decisión de casarse con su primo, tal y como había pactado su familia.

Farzana quería formar un hogar con el joven al que amaba pero su padre puso una denuncia por "rapto de su hija" y él, junto con los hombres de su familia no tuvo piedad con ella. Murió en mayo de 2014 ante la impotencia de su marido y la desidia de la policía pakistaní que no hizo nada por impedirlo.

Los denominan de forma errónea "crímenes de honor". No dejan de ser crímenes salvajes hacia mujeres que por algún acto que la familia considera deshonroso, acabaron el año pasado con más de 5.000 mujeres en el mundo, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP).

Todo ello no ha dejado impasible al Grupo Parlamentario Popular, que ha debatido y aprobado en Pleno, por unanimidad de todos los grupos políticos, una Proposición No de Ley relativa a condenar los "crímenes de honor".

Pakistán no es un caso aislado, estos "crímenes de honor" no sólo tienen que ver con la concepción radical y extrema de una religión sino con una tradición machista y patriarcal que forma parte de la cultura ancestral de muchos países. Algunas de las causas que los provocan están relacionadas con la simple sospecha de la pérdida de la virginidad antes del matrimonio, cuestiones que se escapan del control de la mujer, como la violación o el incesto, e incluso el hecho de vestir de forma occidental, exigir una educación, la libertad o la negativa a aceptar un matrimonio concertado. Queda claro que los Derechos Humanos están en juego. No puede imponerse la tradición a los derechos fundamentales reconocidos internacionalmente.

La Presidenta de la Comisión de Igualdad, Carmen Quintanilla, encargada de la defensa de la PNL quiso dejar constancia de que aunque se hablara de países lejanos, India, Pakistán, Irán, Emiratos Árabes, Siria, cuyos códigos penales contemplan atenuantes o eximentes para el asesino que ha cometido el delito, "sin embargo, también en países cercanos, de nuestro entorno comunitario, Europa, se cometen crímenes de honor. En Turquía alrededor de 200 casos por año, en Alemania han muerto cerca de 50 mujeres en los últimos diez años —en su mayoría de origen turco como consecuencia de la inmigración—, en Reino Unido 12 asesinatos, en los Países Bajos alrededor de 40 mujeres muertas. Se calcula que alrededor de cien mujeres al año son asesinadas en Europa en nombre de los mal llamados crímenes de honor". Por todo ello, hizo un llamamiento a la comunidad internacional para erradicar esta forma de violencia que vulnera los Derechos Humanos de las mujeres.

Quintanilla destacó que "España es un referente en la comunidad internacional en la lucha contra todas las formas de violencia que sufren las mujeres. En nuestro Código Penal figura la mutilación genital e igualmente en la reforma que en estos momentos se está llevando a cabo del mismo también se van a recoger los matrimonios forzosos. La Constitución española también recogió en su día en el artículo 27 el terminar con los tribunales de honor". Asimismo, la Ley orgánica de medidas integrales contra la violencia de género que sufren las mujeres recoge todas las formas de violencia posibles.

Por eso el GPP insta al Gobierno a condenar los "crímenes de honor", sea cual sea el país donde tengan lugar, como una forma cruel de atentar contra la vida de las mujeres y las niñas y de conculcar el derecho más fundamental, el derecho a la vida. Además, solicita al Gobierno que pida a los países en los que se producen estos crímenes, continuar intensificando sus esfuerzos para prevenir y erradicar los delitos de honor cometidos contra la mujer y la niña, enjuiciando y documentando eficazmente tales delitos y castigando a los autores.

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